sábado, 3 de agosto de 2013

Los cachacos se suicidan más

Hace unos días buscaba en internet las razones por las cuales en el mar la vida es más sabrosa. Tras un examen rápido me di cuenta que eso no es cierto, quiero decir, que no depende exclusivamente del mar. Piense usted, por ejemplo, en el mar del norte, el mar de china, el mar ártico o la patagonia. No sé si estará de acuerdo conmigo pero el concepto que yo tengo de sabrosura no encaja en ninguno de estos lugares; sin duda serán unos parajes de una belleza incomparable, pero una cosa no tiene que ver con la otra. Reduje entonces mis observaciones al mar caribe.


Cada quién encontrará sus motivos para quererlo o para odiarlo; algunos hablarán de la comida, otros de la música; algunos otros del caos; otros del clima. Estas apreciaciones, aunque válidas, siempre serán subjetivas. Por ello quise averiguar por una razón absoluta y en mi opinión la más sincera que la raza humana puede gritarle al mundo: la tasa de suicidio.


Fue así como llegué a una noticia de la BBC refiriéndose a  un informe de la OMS donde decía literalmente “En el caribe se suicidan menos”. Entonces busqué las estadísticas de Colombia al respecto y encontré que la ciudad que registró más suicidios fue Bogotá con 277 casos para una tasa de 14,66%, seguida de Medellín con 6.08%, Cali con 3,91%, Pasto con 1,85% y finalmente Cartagena y Barranquilla cada una con 1,64%. En efecto, en el caribe se suicidan menos.


Con estos datos escribí en mi cuenta de Twitter lo mismo: “En el caribe se suicidan menos”. Ni una palabra más. Un comentario más dentro de los 23 mil que he escrito. Lo que yo no esperaba es que la sabrosura de unos fuera la amargura de otros.


A los pocos segundos me replicó una chica diciéndome que la costa atlántica tenía muchos problemas de corrupción, pobreza y servicios públicos. Eso nadie se lo discute; pero lo que yo dije fue que en el caribe se suicidaban menos. Ella siguió su argumentación diciendo que habían ciudades que estaban a 1000 metros sobre el nivel del mar y también se suicidaban. No me van a creer pero tuve que aclararle que el caribe está a 0 metros del mar. Ella siguió su embestida diciendo que entonces en el psiquiátrico de Pereira habría que poner calefacción y colgar unas marimondas para prevenir los suicidios. Es común que los oriundos de las regiones andinas piensen que el caribe es sólo color y calor, porque hay una sistemática costumbre de molestarse con las alegrías ajenas. En la discusión finalmente intervino otro señor que comentó que Japón era una isla y que allá los suicidios eran muy comunes. No me van a creer pero tuve que aclararle al señor que Japón, aunque es una isla, no está en el caribe. No era mi intención explicar a esta edad lo que normalmente se ve en los primeros años de escuela, así que tuve que cortar la conversación.

Lo que concluyo de este episodio simple, con un postulado tan sencillo como “en el caribe se suicidan menos”, es que al fin no supe por qué en el mar la vida es más sabrosa, pero sí supe por qué los cachacos se suicidan más.